Michael Moore

Injusticias por todas partes, pero a tí no te va nada mal, ¿verdad, gordo cabrón?
tarjeta roja por culero

Hulk Hogan

Hogan: Honestidad Valiente
El juego limpio: Gracias, Hogan.

En la jugada (pública y privada)

Hoy me disponía a escribir un post acerca de que los hombres somos unos cerdos pero eso no nos quita lo simpáticos, mas un comentario en un blog ajeno hacia mi persona me cambió el esquema. creo que ahora, por cada 10 posts de estupideces sin sentido, pondré uno de análisis político y deportivo.
Así que ahí va:
1.- Lo político: Creo que luego del indulto que le de Fox a AMLO, éste saldrá, si no fortalecido, sí en las mismas condiciones que antes del escándalo. Pero ojo, el D.F. y las encuestas nunca han sido suficientes para ganar la presidencia de la República en un país donde la mayor parte de personas con bajos recursos son también tendientes al abstencionismo. En lo que respecta al triunfo de México sobre los Estados Unidos, creo que es motivo de un orgullo moderado. Orgullo porque es inevitable (y el que no, que se salga del estadio), y moderado, porque hasta hace pocos años, el equipo estadounidense de fútbol era nuestra perra, y de repente nos empezaron a poner descalabros, con menos tradición, pasión y hasta recursos humanos y materiales para preparar a sus jugadores.

2.- El juego limpio: Va para la WWE que, por fin, metió a Hulk Hogan al salón de la fama luego de una carrera repleta de satisfacciones para el público (salvo el breve intervalo en que fue arrestado por venta y distribución de drogas entre luchadores). También para el difunto papa que, entre otras cosas, fue muy abierto y razonable para discutir el papel de la iglesia en la historia y tratarla como una institución de hombres, con aciertos y fallas.

3.- La tarjeta roja: Va para los hijos de perra que quemaron a Dida en el Derby de la liga de campeones (Y eso que me caga el Milán, pero esos cabrones merecen la muerte a pedradas). También para Michael Moore, que, luego de su magnífica (hay que reconocerlo) Masacre en Columbine, se ha convertido en un oportunista pseudo-resentido contra todos los que tienen dinero (salvo contra él mismo, que no debe estar pasando hambres) o alguna influencia política, y se vale de su aura de impunidad que le proporciona el periodismo en estos tiempos, para ser mezquino, ojete y falto de clase.

4.- La tarjeta amarilla: Es para las amigas de mi novia que le han sugerido que tengo una novia entre semana, y a ella, como novia de sábados y domingos. Reinas: No me chinguen, ya tengo suficiente con los problemas reales como para lidiar con esto.

Semana Santa 1

Esta fue la primera semana santa en la que no vi ni un segundo de películas bíblicas. Imagino que la televisión estuvo saturada de ellas, sobre todo la televisión abierta. Fue la sexta semana santa consecutiva en la que como carne roja 3 días seguidos, incluyendo viernes y sábado. Desconozco el estado actual de las opiniones eclesiásticas sobre el consumo de carne durante la cuaresma. La verdad es que, durante esos días los restaurantes de carne te tratan especialmente bien y la carne de primera calidad en los supermercados tiene grandes descuentos. Quizás se trate de una sofisticada forma de satanás para tentarnos a través de la ley de la oferta y la demanda. Pero toda la gente la pasa muy bien esos días, o al menos eso creen cuando salen en sus automóviles para recorrer la carretera a Cuernavaca en 3 horas y media. Y lo peor es el regreso. En el regreso, la carretera está infestada de auromóviles orillados con el cofre abierto, y los vacacionistas abochornados, dirigen sus miradas hacia el público cuyos carros sí avanzan (a vuelta de rueda), y luego hacia el motor de su Taurus `88. ¿qué quieren decir estas miradas? ¿Nos están diciendo: "Mira, yo tengo un Taurus que me deja parado, y tú no..."?
O tal vez: "Una ayudadita,por el amor de Dios, una manguera que le sobre, una batería que no use, un carburador, luego se lo repongo". Lo peor es que, más bien, parecen estar en comunicación profunda con su carro. Como si al sostenerle la mirada a su motor ahogado, éste se diera por vencido y dijera: "Bueno, ya no mames, ahorita me muevo. Sólo quería llamar la atención, porque hace mucho tiempo que no me tocas" Y el dueño: "Ya, funciona... ¿Qué va a decir la gente?" O como si el cofre sacando humo fuera un malentendido. Después de abrirlo y mirarlo fijamente, el dueño dice: "Ah, claro, claro, es que había dejado el chicharrón prensado en el inyector de gasolina, para que se cocinara chido, ya podemos irnos..."