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Les regalo los despojos de este, anónimos pendejos! Ja, ja, knock yourselves out.

Tuesday, February 28, 2006

She causes turbulences in my utility belt




TRISH, OH TRISH.... Posted by Picasa

Tacos de cochinada

La verdad no tengo nada qué decir, pero pienso que la escritura se parece más a un auto viejo que a un arrebato iluminista. Así que les comento que hace 2 semanas tuve una infección o intoxicación estomacal (¿Hay diferencia, Mikel?) que me tuvo en cama un fin de semana y todo el lunes siguiente. Nunca upe qué fue lo que la provocó, pero por las dudas estuve a rigurosa dieta metrosexual las semanas siguientes. No sólo pedí pechuga asada en las comidas corridas, sino que llegué al extremo de traer atún y verduras en un molde de plástico para comer en la oficina (¡No mamen!). Pero así queda uno de asustado después de los padecimientos digestivos. Creo que el aparato digestivo, junto con el sexual, son especialmente importantes para vivir como se debe, feliz. Y es que si la felicidad es un círculo virtuoso compuestro de 3 pecados capitales (Gula, Pereza y Lujuria), naturalmente cualquier padecimiento que atente contra los sentidos con los cuales pecamos, se convierte en un atentado a nuestro estado de felicidad. Y creo que pocos pueden discutir esto. Puedo sonar obvio, pero dudo que un sujeto sea totalmente feliz si no se le para. Para mis apreciables lectores varones, visualicen el drama en todo su patetismo. El guey no puede tener sexo con una mujer, de acuerdo, pero ni siquiera puede masturbarse!!! Y a decir de un amigo con conocimientos en el tema (que no experiencia en el tema, no vaya a parecer esto una difamación), el deseo sexual no se va, sino que se acumula. Eso no es vida.
Bueno, pues la lujuria tampoco se disfruta si no es con el estómago lleno, y el estómago lleno y el buen sexo no son lo mismo si no se haraganea después, un buen rato, auxiliado a veces por herramientas pecaminosas, como TV por cable y jacuzzi. Sé que mi concepto de felicidad se separa del de Aristóteles (y en mi perjuicio, faltaba más), pero en mi defensa debo decir que Aristóteles no conoció ni los jacuzzis ni la TV por cable, puesto que de haberlo hecho, su concepto de eudaimonia hubiese sido matizado de tintes hedonistas.
Ayer romí la dieta del metrosexual, a riesgo de contraer una nueva infección, y fui por una buena cantidad de "tacos de cochinada", manjar exclusivo del local de Don Beto, cerca de mi oficina. Son tacos campechanos de suadero, longaniza y chicharrón seco, con verdura y salsa, copeteados de lo que es, propiamente, la cochinada: sedimentos de lo cocinado que están en el fondo del comal, a la vez doraditos y chiclositpos por la grasa y el añejamiento. Es un manjar de Dioses. Pruébenlo si pueden, y los dejo, porque debo ir al baño.